miércoles, 27 de noviembre de 2013

¿Por qué evitar las grasas saturadas?

Siempre que hablemos de salud, las grasas saturadas son las que más nos preocupan ya que se encuentran intimamente relacionadas con enfermedades cardiovasculares, hipercolesterolemia, sobrepeso y obesidad.
Las grasas saturadas son todas aquellas que provienen del reino animal, exceptuando las del pescado graso y como ejemplo podemos mencionar a la manteca, nata, piel de aves, etc.

Poca saciedad y simple acumulación
Una de las características más llamativas de las grasas y aceites, es que su efecto saciante es menor que la de los hidratos de carbono. Además, cuando el organismo las guarda como energía de reserva, no las gasta facilmente, sino hasta después de haber gastado la reserva de hidratos de carbono.

Se deben evitar las fuentes de grasas saturadas y los métodos de cocción deben requerir poca grasa (horno, vapor, hervido, plancha...).

En una dieta de 2000 calorías, las mujeres deberían consumir aprox. 65 gramos de grasas totales al día, de las cuales menos de 16 gr. deben de ser saturadas.
Los hombres, con una dieta de 2500 calorías diarias, pueden consumir alrededor de 85 gramos de grasas totales, de las cuales 20 gr. como máximo deben ser saturadas.










¿Como controlar la ingesta grasa?
Freír o cocinar con mucho aceite aumenta el contenido graso y calórico, por lo cual estas formas deben usarse muy esporádicamente. En reemplazo, usaremos:
 - Si los alimentos necesitan más humedad durante la cocción, agregue agua, zumo de limón o vino.
 - Elija carnes o aves magras y elimine siempre la piel y grasa visible.
 - Desengrase las salsas. Evitar aquellas que requieran nata o mantequilla.
 - Utilice sartenes y ollas antiadherentes, con spray vegetal.
 - Cocine en microondas.
 - Acompañar los platos con verduras cocidad o ensaladas en lugar de patatas fritas.
 - Reduzca el consumo de carnes rojas y grasas.
 - Los lácteos y derivados deben de ser desnatados o semidesnatados.









Debe quedar bien claro que lo más recomendable es saber elegir el tipo de grasa que se consume, y hacer todo lo posible por disminuirlas a la hora de cocer los alimentos.
NO se recomienda eliminarlas de todo porque es malo para el organismo, pero si se debe ser consciente de las diferencias que hay entre unas y otras.

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