martes, 26 de noviembre de 2013

La dieta mediterránea


Fue en 1975, en Estados Unidos, cuando se habló por primera vez de la dieta mediterránea como modelo dietético a seguir.
Esto sucedió al publicarse un libro con un estudio comparativo entre 7 países, entre los cuales se destacó la longevidad de los habitantes de Grecia. Esta longevidad se debía al consumo, durante el transcurso de sus vidas, de aceite de oliva, legumbres, frutas, verduras y lácteos, ingredientes básicos de la dieta mediterránea.

La dieta mediterránea es el resultado de la mezcla de varias culturas a lo largo de los siglos, puesto que sus inicios se remontan a la civilización de los antiguos griegos, quienes fueron los inventores del pan y el vino.

El aceite de oliva, gran símbolo de esta dieta, así como el pescado, se suman a la lista de alimentos locales básicos de sus comidas. Por otro lado, el tomate, las patatas, los pimientos y el maíz (todos ellos provenientes de otros lugares), junto con el arroz y la naranja (originarios de Asia) y vegetales como alcachofas, berenjenas y espinacas de Arabia, también formaban parte de esta saludable alimentación mediterránea.

Las zonas que engloban a este tipo de alimentación son las zonas de cultivo del olivo. Greci, Oriente Próximo, la Península Ibérica (España), Italia y los países balcánicos, todos rodeados por el mar Mediterráneo, son los países con condiciones climáticas óptimas para el cultivo y siembra de los ingredientes que forman parte de esta dieta y de ahí su nombre.

Ventajas de la dieta mediterránea

Diferentes estudios han demostrado que la dieta mediterránea es sinónimo de longevidad. También es importante señalar que las tasas de mortalidad debidas a la incidencia de cánceres y enfermedades cardiovasculares es mas baja en personas que siguen este estilo de vida. Además, otros estudios recientes la vinculan a indices más bajos de enfermedades y alergias respiratorias.
La relación entre el cáncer de mama y la alimentación mediterránea es muy directa, ya que esta dieta disminuye lo niveles de estrógenos endógenos, causantes del alto riesgo de padecer dicho cáncer.
El infarto de miocardio y la diabetes son dos patologías que pueden prevenirse con una alimentación sana, como la mediterránea.
Destacar el aceite de oliva como el rey de esta dieta, pues reduce los niveles de colesterol y reduce la incidencia de enfermedades oxidativas.

Grupos de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea

1)Frutas y hortalizas: fuente incomparable de vitaminas y minerales. La mejor manera de consumirlas es, siempre que sea posible, crudas para aprovechar así todas sus cualidades y nutrientes.

Entre las hortalizas destaca:
    - Tomate: Tiene un alto contenido en vitamina C, bioflavonoides que se transforman en vitamina A, un fotoquímico muy importante que es el licopeno, de gran poder antioxidante y que por ello es un gran preventivo ante diferentes tipos de cánceres.
    - Ajos y cebollas: El ajo es un poderoso germicida debido a su contenido de alicina. Es muy utilizado para combatir infecciones. Además se le considera un gran vaso dilatador de los vasos sanguíneos, mejorando así la circulación y la tensión arterial. Por otra parte, la cebolla previene la formación de coágulos.

Entre las frutas destacan:
   - Naranjas: fruta presente en todo el mediterráneo. Brindan un gran aporte de vitamina C , provitamina A,vitamina B1, calcio y potasio. Además aportan una gran cantidad de fibra y sustancias antioxidantes como los flavonoides.
  - Uvas: Poseen un alto contenido en bioflavonoides que son protectores cardiovasculares. Por ello provienen enfermedades como la arterioesclerosis o la embolia cerebral.

2) Aceite de oliva: Su gran aporte es el ácido oleico, ácido graso monoinsaturado, que reduce los niveles de LDL (colesterol malo) y aumenta los de HDL (colesterol bueno). También previene la oxidación de las células.

3) Cereales y legumbres: Fuente principal de hidratos de carbono y fibras vegetales.
Entre ellos destaca:
   - Trigo (pan de trigo): Alimento energético por excelencia. Nos provee vitaminas hidrosolubles del complejo B, esenciales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
   - Garbanzos y lentejas: Gran fuente de proteínas y vitaminas del complejo B. Nos proporcionan fibra, hierro y magnesio.
   - Arroz.
   - Judías.

4) Frutos secos: Ricos en vitaminas (especialmente la e) y minerales nutritivos. Protegen al aparato cardiovascular por sus grasas insaturadas.

5) Lácteos: Son el gran aporte de calcio y vitaminas liposolubles, como así también de bacterias digestivas que favorecen la digestión y previenen el estreñimiento.

6) Pescados: Fuente de proteínas de alta calidad y de ácidos grasos omega 3 y omega 6.

7) Carnes: Preferiblemente las carnes blancas (conejo, pavo...) que las rojas.



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